Por Arturo Pérez Moran
Este es un libro para leer sin prejuicios, no apto
para melómanos exquisitos amansados por Hugo García Michel (quien también
participa escribiendo sobre Re de Café Tacvba, sí con V). Este libro es ideal
para regalárselo a su hipster de cabecera para que deunvez caiga en cuenta de en
que país de cagada está parado.
Libro a la medida para leer en el baño mientras
el all-bran hace lo suyo. Pásenle sin miedo a la muerte ni al que dirán, aquí
el lector encontrará datos curiosos sobre como vinieron Adrian Belew, Jack
Endino y David Byrne a bajar de la rama, para cortarles la cola, a nuestros vilipendiados
mexican rockstars, dará cuenta del oscurantismo reinante tras el avandarazo y
se echará al lomo sendos textículos sobre blues, rap, garage, hip hop, pop,
rupestre, ska, world music, electrónica, deathmetal, glam, hardrock,
experimental, pos(t)punk, mexpop, indie, progresivo, popgresivo, regresivo, etnorock,
polka chilanga, surf, punk, grunge y guacarrock. Todo con denominación de
origen y llevados de la mano por reconocidos periodistas, escritores, músicos y
músicos escritores periodistas. ¿Como chingaos no?
El libro, como bien apuntan los editores, no pretende
descubrir el hilo negro, ni ser otro más de los nefastos
lo-más-mejor-de-lo-mejor que tantas familias han destruido. Es, apelando a mis
entendederas, un catalogo, que partiendo de 1960 hasta el 2010, busca hacer un
retrato hablado de el tan cuestionado rock mexicano.
Como consumidor de lo que el país produce, debo
aceptar que se trata de un libro muy ameno, lleno de anécdotas y datos
interesantes, que deja la puerta abierta para darle una vuelta a alguno de los
discos aquí reseñados. Sin embargo, seguramente el lector encontrará a su
juicio omisiones, o inclusiones que rayan en la lamida de huevos (a la
mexicana), dependiendo de su edad, gustos y región geográfica, pues si de algo se
puede acusar al libro es de ser muy centralista. Pero, seamos sinceros ¿en que
otra ciudad de mi México lindo confluyeron desde décadas atrás tantos
movimientos culturales y sociales que generaron las condiciones y espacios para
que el rock nacional se convirtiera en el producto de consumo que es hoy, si no
es en el DF? Hay que aceptar que el grueso de las bandas mencionadas en el
libro, surgieron en tiempos donde la distribución de la música era bastante
limitada; por fortuna, el internet y la producción independiente han echado
abajo casi toda limitante. Y ¿quien sabe? tal vez en un par de décadas, las
nuevas bandas y solistas, que surgen cada vez con mas frecuencia, pasen a
formar parte de este santoral del Rock Mexicano, muy a su pesar.
100 Discos Esenciales del Rock Mexicano
Grupo Editorial Tomo
Editores: David Cortés y
Alejandro González Castillo
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