Por Arturo Rivero
@arturoyosoy
Carla Morrison
(Tecate, Baja California, 1986) acaba de publicar su segunda larga duración con
el nombre de Amor Supremo (Cosmica Records 2015). En su corta carrera ha recibido un sinfín de
críticas, unas enfocadas a su persona y otras en su música. Olvidaré un poco su
pasado y todo lo que la trajo a este segundo disco, para enfocarme 100% en los
siguientes tres aspectos de su nueva placa.
1.- Letras.
Las letras de todas
las canciones están ubicadas en el corazón roto. Además contiene unas letras
que pecan de inocentes, como ese tierno coqueteo que se presenta en su primer
sencillo de nombre "Un Beso" ( “Yo te voy a robar, te voy a secuestrar, te voy a
robar un beso”), este tema se encarga de abrir el disco.
Sin letras poéticas
o algo que contenga un tema diferente nos encontramos coros como “Tú fuiste mi
vez primera, mi beso, mi ciencia a ciegas, te di todas mis maneras, de mi todo
cedí, de ti tanto aprendí” en el tema Vez Primera o “Y tú antes decías que yo era el amor de tu
vida, y hoy solo me inspiras a dejarnos de querer, me despierto sin saber de
los huesos y la piel, de este amor que ya no es."
En general estamos
ante una compositora que no cuenta con la suficiente capacidad de crear temas
elaborados. Pero si debo de aclarar que la manera en que crea sus coros hace
que se queden en la memoria después de dos oídas. Pensar que estas canciones se
encontraran en rotación constante en las estaciones de radio hace que tenga
asegurado un año muy gratificante.
2.- Música.
No esperen escuchar
algo cercano a un riff de guitarra. El protagonista de Amor Supremo es el piano
y los arreglos orquestales son los que le otorgan la parte bella a todas las
composiciones. Por fin eliminen la etiqueta de alternativa a la cantante
norteña, este disco es totalmente pop y ya, tan pop como puede ser CD9, Jessi &
Joy o Ha-Ash.
La producción
llevada a cabo por los hermanos Alejandro y Demián Jimenez es impecable. Cada canción
tiene detalles que evitan caer en el hartazgo a las primeras dos canciones. Discos
con estas cualidades hay demasiados, puedo nombrar el álbum solista de Chetes
(Blanco Fácil, 2006) o el tercer álbum de Zoé (Memo Rex Commander, 2006) con
una producción envidiable y una ejecución de instrumentos soberbia pero al
final son discos olvidables a los 3 años.
3.- Carla Morrison:
¿Estamos ante el
mejor disco de Carla Morrison? Si. ¿Este es un cambio radical a su sonido? No.
Si intentamos comparar su obra con discos
que han sido publicados en este 2015 a nivel mundial, sale perdiendo de todas a
todas. Pero, si nos enfocamos a la escena nacional, podemos encontrar un enorme
nicho de mercado que consumirá su música con muchas ansias.
Este es el momento
de Morrison, este es el momento en que puede brillar y puede lograr las mejores
ganancias. Aunque es necesario que en sus siguientes obras pueda crear mejores
letras y atreverse a modificar su modo de cantar y componer, debido a que si no
realiza algo diferente su carrera tiene fecha de caducidad.
He leído
publicaciones que la comparan a Florence Welch o con Allison Mosshart, con
ninguna las comparaciones son justas, con la primera el timbre de voz de la
británica es muy diferente a la cantante proveniente de Tecate. Con la segunda,
nombrar sus nombres en un mismo artículo, es una aberración.
Yo ubico a Carla
Morrison, más abajo que a Natalia Lafourcade y arriba de Ximena Sariñana, solo
por nombrar a dos cantantes/compositoras nacionales con un segmento de mercado similar.
A manera de conclusión:
Amor Supremo es
perfecto para regalarlo, si tienes una sobrina de unos 15 años o si tienes una
amiga que no ha superado a ese ex amor de la primaria, este es el mejor
obsequio que podrá recibir en navidad, aparte que seguro estará barato.
Carla Morrison
Amor Supremo
Cosmica Records
2015
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