Texto @aida030303
Fotos @elizcelt
El regreso a tierras regias del Divo de Manchester no es casual. La última vez que lo vimos fue en el 2011 y desde entonces, han pasado varias cosas.
Se supo de su lucha contra el cáncer que lo llevo a cancelar su participación en el Festival Vive Latino en el 2013, posteriormente declaro que debido a problemas con organizadores mexicanos, dejaría de tocar en el país, así que fue muy sorpresivo saber que nos había levantado el veto. Recordemos que Morrisey es legendario por sus rencores.
Y vaya regreso tierras mexicanas, haciendo visible su apoyo y simpatía por el pueblo mexicano, después de un preámbulo donde desfilaron vídeos de Ramones, Lou Reed, James Brown, Sex Pistols y Public Enemy, así como vídeos de sketchs, poesía, cuando finalmente salió al escenario gritando tres veces Monterrey, sus instrumentos eran adornados con banderas mexicanas. Arranco la noche con "Suedehead", fue un setlist complaciente con sus fans, toco éxitos que no suele incluir, a la vez que una declaración de principios, incluyendo temas de su más reciente disco "World Peace is None Of Your Bussines" (2016).
Sonaron clásicos como "There Is a Light That Never Goes Out", "Everyday is Like Sunday", "How Soon Is Now?"No podía faltar "Meat Is Murder", donde desfilan imágenes mostrando la crueldad a la que muchas veces son sometidos los animales para el consumo humano, mientras la iluminación roja, emulaba esa sangre. En su ya conocido activismo pro-animal y vegetariano, esa noche no se vendió carne en el auditorio, y cerro la noche con "First Of The Gang To Die", una manera tal vez irónica de burlarse de la muerte y decir que aún hay Moz para rato, para levantar ampollas y señalar lo que otros no se atreven, ser un ejemplo de coherencia. Un artista como pocos, dando catedra de lo que mejor sabe hacer y como a veces la música es muy necesaria para retratar el momento histórico que vivimos.
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