Christina Rosenvinge
Un Hombre Rubio
El Segell. 2018
Por @aida030303
Hace un par de semanas salió el último trabajo publicado a la fecha de la cantautora española Christina Rosenvinge, el noveno en su carrera solista, sin contar las etapas anteriores que datan de más de 30 años atrás. El sucesor de "Lo nuestro", publicado en el 2015, ahora regresa con "Un Hombre rubio".
Me es difícil hablar de Christina sin caer en el adulamiento de fan, cuando es una de mis artistas preferidas, y siendo que este disco a nivel general ha entrado con gran aceptación entre sus seguidores, debo confesar que a mí me tomo más tiempo digerirlo, pero al final encuentro como todos, cosas valiosas en esta última entrega de Rosenvinge.
Empezaré por apuntar que Christina suele tener en sus discos puntos de quiebre donde se alcanzan ciertas metas, cosas que no ha hecho antes y que suponen un antes y un después dentro de su propia trayectoria, en este caso, el hito lo marca "Romance de la Plata", donde se aventura en esta especie de flamenco, a raíz de la colaboración con la cantaora Rocío Márquez, quien le pidió una canción, Christina escribió "Almendrita" para ella, y desenterró un recuerdo muy intimo que va ligado a su relación con el flamenco y con su padre, de quien ha contado la historia en repetidas ocasiones en esta ronda promocional del disco y que resumiré como la historia de un ingeniero danés de familia acomodada que en su viaje de novios llega a España, donde se enamora de la poesía de Lorca y el flamenco, por lo cual decide emigrar con su familia a dicho país. La historia resulta intima puesto que Christina se había distanciado de su padre por diferencias de carácter, ella salió de la casa paterna siendo muy joven, aunque posteriormente hubo un acercamiento antes de su muerte, pero era un tema difícil para ella, y como si fuera un mandato del más allá, a los 26 años de la fecha del fallecimiento de su progenitor, escribió la canción con la cual se concilia y rinde homenaje. Dio un emotivo adelanto en la fecha de todos los santos (1 de noviembre) Y a partir de aquí comienza el siguiente hito para Christina, esta vez en la parte lírica, pues la temática del disco gira en torno a las masculinidades y como las interpreta ella, intenta caminar en los zapatos de otros hombres y contar su historia, un ejercicio similar al que hizo Tori Amos en "Strange little girls", solo que en lugar de hacer covers masculinos, Christina escribe sus propias reflexiones. Arranca el disco con "La Flor entre la vía", donde se cuestiona todas estas suposiciones que el hombre debería cumplir de acuerdo a los cánones del imaginario colectivo respecto a la idea de masculinidad. No es ningún secreto que Christina a lo largo de su carreta ha incluido una perspectiva feminista en su obra, y con este disco, la intención es ver entre esos roles de género, lo que se supone que tendría que ser la masculinidad que ella misma definía como un apretado corsé en los hombres, que a la par de la lucha feminista, los hombres tendrían que cuestionarse estas masculinidades y redefinirse, liberarse de esa opresión, En "El Pretendiente" nos habla de un joven africano emigrante, en cuyos versos nos deja con la duda si naufraga en su intento por alcanzar las costas españolas. Da paso a "Ana y los pájaros", que se lo dedica en parte a su amiga y manager Anna Romeu, que tiene este toque casi setentero, cuenta Christina que este disco estuvo muy influenciado por David Bowie, puede que este tema sea uno de los primeros guiños a "The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars". La siguiente parada es "Pesa la palabra", inspirada por la frase que le escucho decir a el torero Manuel Díaz El Cordobés, en un telediario a la salida del juzgado, después de años de buscar el reconocimiento legal de su padre Manuel Benitez, cuando por fin lo obtuvo, le dijo a la prensa: "Soy un hombre que pese a haber tenido un padre de humo, va a conseguir que sus hijos tengan un abuelo de verdad", y esto la hizo pensar en aquellos hijos que no son reconocidos por su padres o que tienen padres que no son capaces de darles amor, El dardo apunta hacia esa opresión donde típicamente a los hombres no se les permite expresar ni sensibilidad o sus emociones. Toca el turno a "Niña animal", un rock potente que evoca al espiritú salvaje que siempre la ha llevado a seguir el camino más arriesgado. Prosigue con "Berta Multiplicada", inspirada en la activista hondureña Berta Cáceres, que fue asesinada y como en su funeral se hablaba que en vez de matar a Berta, lo que hicieron fue repartir sus semillas al hacernos más conscientes de la cosmovisión de los pueblos indígenas prehispánicos, de que todos volvemos a la naturaleza. Sobre la recta final encontramos "Afónico", hasta ahora el tema más ignorado en la prensa en esta tanda promocional, y que a mí personalmente me recuerda en su estructura una hermandad cercana a las apuestas más arriesgadas que hizo en su trabajo "Foreign Land" (2002) como "Off Screen", "German Heart "y "As stranger talks", todas con este toque casi claustrofóbico en la melodía y letra. Cierra el disco con este vals muy setentero de "La Piedra Angular" conectado con ese primer precioso vals de “Lost in D”, correspondiente al disco “Foreign Land”. La música comenta Rosenvinge responde a los últimos tiempos, la extensa gira de Lo Nuestro, su banda en vivo creando música muy potente, deja por un lado el formato intimo, que recupera ocasionalmente para hacer showcases y presentaciones paralelas en distintos foros, a últimas fechas ha participado activamente en charlas y mesas feministas.
Aun no hay fechas para Latinoamérica, y lo más cerca que la tendremos próximamente, va a ser en el SXSW que se realiza en la ciudad de Austin,Texas como parte del festival Sounds From Spain el 14 y 16 de marzo.
0 comentarios