Segundo trabajo de esta hermosa como fascinante intérprete de origen sueco, Wounded Rhymes es un dechado de orfebrería pop, pero es un pop obscurísimo, de tintes tribales, es como si de pronto esta cantante quedara fascinada por la tonalidades del world music y los adoptara a su música, atmòsferas enervantes, ritmos precisos, vocalizaciones que se complementan perfectamente con coros que aparecen y desaparecen en medio de sutiles arreglos electrónicos, temas soberbios como la inquietante "Youth knows no pain", la delicadeza de "I follow rivers" (curiosamente bailable y con ese extraño juego percutivo electrónico) la pesadumbrez de "Love out of lust" (contraponiéndose a su música densa la voz aterciopelada y el coro grandioso) la simple y sencilla "Unrequited Love", la iggypopesca "Get Some", mención aparte la sesenteramente psicodélica (órgano a gogó incluido) "Rich kid blues" que incluye quizás un intenso y a la vez certero riff rocanrolero de fondo que se funde con maestría en toda la canción, "I know places" parece reverenciar al gospel aunque sea de manera superficial, "Jerome" es una marcha militar apoyada por sonidos enrarecidos, "Silent my song" es una canción que pone punto final con coros grandilocuentes y sonidos de musical bizarro de Disney, tremendo trabajo de esta rubia sin lugar a dudas.