Rosas Pétreas en el 2012*

3:39 PM

en problemas

Por Antonio Jesús Reyes



Los ochenta, sobre todo desde su segunda mitad, estaban llenando el mundo musical de demasiados sintetizadores con flores de un día. Tampoco aquellos que estaban haciendo una carrera sólida disco a disco, como Spandau Ballet o Duran Duran, acababan de ser bien vistos por los que intentaban ver la música desde una perspectiva estructural. Y es que la música electrónica había salido de tierras experimentales para pasar a formar parte de una industria efímera en muchos casos, y esto despertaba suspicacias. El cambio empezaba a ser doloroso, sobre todo echando la vista a las producciones de Stock Atiken y Waterman, junto a su desfile de azucarados chicos y chicas. El panorama hacía pensar que algo estaba fallando.
 
La salvación llegó de Manchester. La creación de Factory Records a principios de la década daría resultados bien brillantes que ya son parte de la historia de la música. La discográfica creada por Tony Wilson llegó a tener en sus filas a gente tan dispar y extraordinaria como Happy Mondays, Joy Division/New Order, The Durutti Column, Orchestral Manoeuvres in the Dark, y otros grandes y casi desconocidos etcéteras. Todo esto fue todo magistralmente reflejado en la película 24 Hour Party People (Michael Winterbottom, 2002), que debería ser de visionado obligatorio para cualquier amante de la música. Aquello se convirtió en una locura, aquello se convirtió en Madchester.

En este marco de creatividad y originalidad, The Stone Roses aparecieron en la ciudad loca a mediados de los años ochenta. Con Martin Hannet de Factory Records a la producción, grabaron un primer trabajo que no se escucharía hasta once años después, cuando el grupo alcanzó fama y renombre, bajo el nombre de Garage Flower (grabado  en 1985)Con la identidad de la banda definida y con el toque de Hannett, el álbum ya incluía tesoros como “I Wanna Be Adored”, pero de manera menos domesticada.

rosas de piedra.
No se hizo esperar el primer álbum homónimo. Era 1989, y era lo que el mundo entero esperaba, es decir, que el rock y el pop volvieran por la puerta grande. La voz enigmática de Ian Brown, la guitarra de John Squire a medio camino entre un riff de Led Zeppellin y una canción perdida de los sesenta, Gary Manny "Mani" Mounfield y su distintivo sonido al bajo, y el estilo de la batería de Alan John Wren (“Reni”) creaban la rebelde formación clásica y efímera de las rosas de piedra, y con ésta, un debut de los más influyentes de la música británica. El trabajo es un alarde de arrogancia, elegancia y fascinación, sin dejar a un lado las mismas pistas de baile que poblaban personajes como Jason Donovan, Big Fun y un largo y triste etcétera. Los Stone Roses se hicieron sitio con honores, y la recepción del álbum no sólo fue un soplo de aire fresco; en el interior de The Stone Roses (1989) se esconde la fórmula magistral de mucho del britpop, y mucho de Oasis en particular. Temas como el single “Fool’s Gold” y la apertura y cierre del álbum, con sus atípicos títulos (“I Wanna Be Adored” y “I Am The Resurrection”), marcaban el quién es quién de una época que se empezaba a gestar.
 
Cambios de discográfica, litigios, problemas internos, accidentes, gente abandonando el proyecto… el segundo trabajo de The Stone Roses se hizo esperar más seis años, y aunque está considerado un trabajo inferior al anterior (aunque más de uno no está de acuerdo), algunas de sus canciones superan su debut. “Love Spreads” es una de esas canciones cuyo solo de guitarra jamás quieres que acabe, con un Ian Brown más misterioso que nunca. “Ten Storey Love Song” es la perfección del pop llevada a sus más altas cotas. “Begging You” con su riff incendiario y su ritmo vertiginoso es bien recibida en las pistas de baile hoy en día, tanto como lo fue en aquel año. Jazz, folk, rock, blues y experimentación son los ingredientes de The Second Coming (1996), un trabajo al que hay que darle más de una oportunidad para apreciarlo completamente.

Los problemas internos de la banda llegaron a tal punto de absurdidad que John Squire dejó la banda y fue sustituido por el guitarrista de Simply Red, dando en el Festival de Benicassim de aquel año un espectáculo bastante lamentable. Y es que los grandes artistas, está demostrado, son capaces de lo mejor y de lo peor.

papás de Oasis
Una vez la banda desmontada del todo, sus componentes se dedicaron a carreras en solitario. Ian Brown y John Squire con bastante éxito; formando este último aquella gran banda efímera llamada The Seahorses, con un solo álbum, Do it Yourself (1997). . A parte de otras colaboraciones, Gary Manny pasó a ser parte de los grandísimos Primal Scream. El baterista, Reni, que no se ha prodigado demasiado ni en proyectos ni en logros, estará bien contento ahora que The Stone Roses se han reunido y están de gira europea hasta - que se sepa oficialmente - el 22 de agosto en Belfast. Hay rumores de que llegarán hasta Australia en el 2013.
 
Por lo improbable de los hechos, hay quien lo ha llamado resurrección en lugar de reunión. Necesitamos grandes músicos como ellos, bien curtidos, más que nunca en los escenarios, y cuyas lealtades no están en las cifras ni en las listas, pero que llegan a ellas de todos modos. Si no es tu onda, siempre puedes coger tu aparato de mp3 y escuchar lo último de Justin Bieber, o aquel disco que no te dio tiempo de escuchar de Sinitta o Bananarama, y luego nos cuentas.


*Recuperamos un texto de nuestro colaborador que reside en la Madre Patria Antonio Jesus Reyes sobre las Rosas Pétreas con el pretexto de que la banda se reagrupa y como todo mundo sabe tocarán en el Coachella 2013.

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