George Martin, el quinto Beatle.

10:23 AM


Ni Yoko, ni Stuart Stucliffe, ni Andy White, ni Jimmy Nichols, ni Pete Best, ni Anil Baghwat, ni Billy Preston, ni Eric Clapton, ni Mick Jagger, ni Brian Jones, ni Neil Aspinall, ni Mal Evans, ni Linda Mc Cartney, ni Alan Parsons ni Norman Smith... el chingón siempre fue George Martin.

Educado en las artes musicales y trabajando en la mítica BBC encontró su camino y quehacer musical, lo relegaron a un sellito musical triste y gris llamado Parlophone que hacía scores de series de comedia, llegaron 4 melenudos a hacer una audición, aquel encuentro fue legendario.

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Podemos decir datos y anotaciones que solo servirán para aburrir al lector, pero de ahí para el real la cosa se puso buena, George Martin fue el mandamás del combo que revolucionó la música del siglo XX, de los popcitos bobalicones de sus primeros discos a la simple grandeza de un gran disco de rock pop como lo fue A hard days night, sus subsecuentes discos con un buen entramado de canciones clásicas en los discos Beatles for sale, el gran Help (el cual tiene un aviso de lo que estaban a punto de experimentar gracias a la hermosísima "Yesterday" con su inesperado arreglo de cuerdas que hizo enfurecer a Paul Mc Cartney en su momento al decir que esa no parecía una canción de los Beatles si no de Mantovani) a la elegancia y sofisticación guitarrera de Rubber Soul (ahí sonaban como banda de rocanrol experimental) a la perfección artística de Revolver (el mejor disco de todos los tiempos, por encima del Sgt Peppers según este humilde lector y una sacrosanta publicación mexicana con nombre de insecto volador) y la onda psicodélica de el Sargento, pasando por maravillas como las orquestaciones que realizó para la alucinante movie Yellow Submarine (¿quién no se ha asombrado con la grandeza de La Marcha de los Blue Meanies?) en el álbum o disco blanco no tuvo muchas contribuciones y en Let It Be el sabor de boca es amargo ya que fue sustituido por el otrora loco y ególatra Phil Spector, su grandeza e intuición auditiva se puede constatar en el cierre apoteósico del maravilloso disco Abbey Road de los escarabajos.

Lennon contaba que le gustaba la onda de George Martin desde que escuchó la música que amenizaba series británicas donde actuaban desde Dudley Moore hasta el siempre presente Peter Sellers, Brian Epstein los engalanó, les puso trajes de corte Mao y les cortó la greña, los perfumó, los hizo disciplinados y que se vieran guapos ante las cámaras (y se enamoró de Lennon como se puede ver en la película The Hours and the times de Walter Munch) y George los expuso a sonidos e ideas que ellos aceptaron sin chistar, en las Antologías de los Beatles podemos escuchar como iba progresando una idea simple (el caso de Strawberry Fields es notable) donde una primera toma a pura guitarra acústica nos va llevando a ese momento que se dice fue notable donde George une un tramo de SF que iba a cierta velocidad, con otra toma que iba más rápida, el resultado es el que todos conocemos y le da un ambiente inquietante a esa canción en particular, como también el solo de piccolo en Penny Lane, el corno frances tocado por Alan Civil en For no one, la tesitura extraña en Tomorrow Never Knows (aunque el experimento del teclado filtrado por un altavoz Leslie se le atribuye mas a Norman Smith que a George) , el clavecímbalo en In My Life, el arriesgado experimento de cortaypega de sonidos discordantes en el final de Benefit for the Mr Kite y ese totem monumental que es la cabalgata orquestal en la ENORME y cojonuda "A day in the life". Así de grande es su contribución, así de grande es su pérdida.

La carrera de George Martin puede ser la mas discreta posible pero no cabe duda que sus contribuciones al mundo de la música son de lo mas notable y sobresaliente, fue un Sir que supo equilibrar los arreglos, la experimentación y llevarlos hasta las últimas consecuencias, prueba de ellos es el aplauso total que la obra de The Beatles genera tanto en la crítica como en la gente llevando incluso a que aparezcan guardadas entre lo mas alto del arte y la literatura en lugares tan serios como la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos.

Hoy en dia existen muchos productores que llevan en su cabeza las enseñanzas de Sir George para transmitirlas a sus discípulos musicales, desde el mismo Phil Spector, pasando por Bob Ezrin, Brian Eno, Norman Smith, Alan Parsons, Tom Wilson, Frank Zappa, Nigel Godrich, Phil Manzanera, Adrian Belew, Martin Bisi, Gustavo Santaolalla, Anibal Kerpel, Christian Heyne, Carlos Walraven, Gerry Rosado, etc.

Con el paso de los tiempos parece ser que el arte de ser un productor de los tamaños de George Martin parece ir en desuso ya que las tecnologías de grabación se han comprimido hasta el punto de que con un par de tabletas y dispositivos pequeños es posible tener un registro sonoro decente y bien equilibrado. ¿que productor del futuro encumbrará a una banda equilibrando experimentación y encanto pop? Solo con el tiempo lo sabremos.

Ni Yoko, ni Stuart Stucliffe, ni Andy White, ni Jimmy Nichols, ni Pete Best, ni Anil Baghwat, ni Billy Preston, ni Eric Clapton, ni Mick Jagger, ni Brian Jones, ni Neil Aspinall, ni Mal Evans, ni Linda Mc Cartney, ni Alan Parsons ni Norman Smith... el chingón siempre fue George Martin.

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